Sunday, September 13, 2009
Lo protagonizó Lorena cuando el reloj marcó 8:34 PM

Sentir en la cabeza, como estacas, las horas del domingo. Sentir que vuelve a pesar el tejido fúnebre del tiempo y su marcha que a veces puede parecer feroz y a veces solemne... no llegar a saber jamás si adelantar el tiempo o retrocederlo. Yo creí que no era buena esperando y sin embargo, si para algo me preparé debió de ser para eso.
La espera es distinta, es siempre adelantar el tiempo y no querer detenerlo... no es tan cansado como esperar en pasivo y no saber ¿qué se espera?
Cuando tengo quisiera que no huya, que se quede en casa, ¿por qué corre el tiempo? Hoy, domingo, no corre... el tiempo pasa lento.
Hay veces en que el tiempo pesa y otras en que es liviano, como el ritmo de los pasos o una sinfónica..., es una sensación... si la sensación es mía, yo digo que a veces, dos es más que diez.
No me preocupa la ausencia, quiero que se vaya, no aferrarme a ella, quiero siempre estarle haciendo una fiesta de despedida, llega la ausencia para irse, como cuando se nace y se empieza a morir...
Ahora se muere para nacer. Verte es completar el ciclo de una espera que al final termina siendo de colores. Esperarte es transformar el tiempo en sinfonía.