Thursday, July 30, 2009
Lo protagonizó Lorena cuando el reloj marcó 11:55 AM

Cuando vivo no dejo huellas, floto como flotan los fantasmas de los perdidos, no existo y no hay ahora, ni ausencia, nada.
Cómo disfrutaría si supiese que ocupas un espacio, que hay algo que eres más allá de lo que huelo, algo que se queda aquí, y por un momento me permito robar tu nombre, pretender que flota en medio del aire, conmigo, y que no pesa.
El frío es gélido y el aire es denso, el recuerdo del sonido de las olas se torna mecánico y febril y las horas se quedan prendidas de mi, asfixian, marcan sus dedos en mi cuello, y luego danzan frente a mi, sobre las mismas huellas que no dejé.
Siempre seremos espejo, miradas que se cruzan y caminos que se confunden...
Auxilio! Ahora no me pierdo de nada y en el medio de esto me ahogo, pierdo la unidad, me comparto, para darme, para darte. Seré la misma, si acaso alguna vez fui alguna? No respondo más a mi nombre, ni a la diosa ni a la madre. No encuentro el sendero de vuelta al silencio.
 
Monday, July 06, 2009
Lo protagonizó Lorena cuando el reloj marcó 9:53 PM



A Alicia, a veces se le escapa la mirada y se va mezclando con todo el resto de cosas. Disfruta entonces de no tener rostro ni reflejo.
A veces la gente le parece un extraño circo de fantasmas danzarines y perversos. Risas, índices señaladores pero siempre la posibilidad de la resta.
A Alicia, a veces el espejo no la refleja, lo encuentra vacío o habitado por una anciana que parece sonreírle, siempre de lado.
Para ella ya no existe más que su voz y la expectativa de un "ring" que la despierte de su sueño profundo, de príncipes azules cuyos fantasmas la atormentan por las noches y no le permiten disfrutar de su propia compañía, y que agolpándose en su cabeza le cuentan todas las historias que no protagonizó. Todos los conejos, todos los hoyos, todas las palabras que la condujeron hacia el amado absurdo, a mirarse invertida ante el espejo.
Alicia no es de nadie, a veces, incluso escapa sin remedio de ella misma. No necesita de muchos amigos porque lleva consigo a muchos, porque siempre puede soñar con liebres y con marzos, aunque fueran lejanos...
Ya no tiene los mismos sueños, no es blanca ni es negra pero sabe que jamás será multicolor. Mira de reojo porque sabe que la muerte camina a su lado y siempre trabaja aunque no la sienta, paralela a ella.
Alicia es el mar y sus movimientos, sus susurros, su oleaje, el viento que abraza, su humor neurótico, su ritmo. Ya no pretende atesorar silencios porque las palabras le urgen siempre en la garganta o en los dedos, porque hay algo en ella que no obedece al reloj, que sigue reglas dalilianas.
De la forma en que me mira pareciera que sabe algo que no quiere decirme, puedo verlo en sus ojos cuando su mirada se pierde y veo danzar en un espacio que no es suyo ni es mío.
Me sonríe siempre del lado contrario del que yo, mientras la miro convertirse en una anciana, le sonrío también.