Wednesday, August 08, 2007
Lo protagonizó Lorena cuando el reloj marcó 8:49 PM

El dolor que siento en el medio de mis piernas es casi anestesiante y placentero pero no deja de ser una molestia si permanece, cuando de casualidad abro las piernas es cuando comienza el padecimiento: mis músculos hinchados se estiran desgarrándose, pero se ha vuelto todo esto una sado-masoquística forma de terminar el día y purgar por mis culpas, en las máquinas de tortura o en cardio que es peor, enfrentarte con el aburrimiento de mirar al vacío mientras sientes dolor extremo, mientras más dolor aguantas más feliz y orgulloso te sientes, soy adicta a la endorfina...
Pasé mucho tiempo yendo dos días a gimnasios y saliéndome al tercero porque ya no soportaba más, ahora me agarran los años y no puedo evitarlo, es simplemente algo pendiente en el día que debo hacer, debo ir...a veces planeo de forma secreta en mi cabeza, alguna razón para faltar pero se queda en nada, al último momento decido ir, esos son los días en que purgo la culpa y la herejía y termino quejándome tres días de dolor de nalgas.
Ahora que voy al gimnasio puedo tener la sensación de ciertas partes del cuerpo que no conocía como las que me duelen ahora...y me siento más saludable lo que solo demuestra que estoy cada día más vieja.
En el gimnasio he conocido personas extrañas, personas que parecen creer que ¨el fitness¨ lo es todo, pero son graciosos y pueden llegar a ser un buen trip, demasiado loud eso si...demasiado gringo para mi gusto, demasiado alegre...
El instructor que me tocó a mi se llama Maicol (así es como se oye) y es un tipo siempre moviéndose alégremente al son de cualquier música electrónica patética de fondo, alto, con el pelo peinado para atrás y enorme quijada...calentador y chompa que cree que es un Adonis y te habla de usted y en tono romántico con levantada de ceja y todo, te mira a los ojos y te susurra: tu puedes...eso a mi no me ayuda a decir verdad, pero no me importa demasiado, le sonrío y tripeo cualquier otra huevada para olvidarme del dolor. Hoy le pedí que se apiade de mi y que no sea tan terrible porque me moría de dolor a lo que me respondió: UUUYYY LE DUELE MUCHO??? con cara de película porno, pero realmente quería que crea en mi dolor así que hice un semi-puchero y le dije SI cosa que pareció resultar bastante bien, mañana veremos con qué me sale. Todo esto sin contar con la lady del trapeador que vive en los vestidores, los raritos que se reúnen frente a la pantalla con bandas musculares (según yo se llaman así) a hacer cuatrocientas libras de pesas, las veteranas con la nalga caida y las pendejas que no tienen nada más que construir que nalgas de acero.
Dice mi amiga Cynthia que lo que escribo es demasiado pesimista y tras borrar algunas líneas en donde redactaba estúpidas excepciones, razones y excusas decidí que debo encarar el hecho como algo cierto, soy una pesimista de mierda pero digamos que eso me da cierta gracia.
Seguiré torturándome a diario como se debe, purgando mis pecados en las máquinas mortales y disfrutándolo, sintiendo de alguna manera la sensualidad de los dolores musculares en lugares extraños, seguiré probando mi poder y compitiéndo, en ese lugar en donde nadie se mira a los ojos (excepto Maicol) me siento más humana que lo que me siento normalmente, entonces nada importa...las microsociedades a las que uno pertenece voluntariamente resultan ser bastante interesantes...como las personas que la viven y basan su fe y sus creencias en un par de horas sacándose la chucha.
Bueno, todo bien, mejor que fumar triki en alguna esquina, yo voy para no morir a los 35.