Siempre se empieza queriendo hacer otra cosa, cualquier otra cosa que se olvida en el camino, se pierde por ahí y terminas haciendo otra completamente distinta, y si la escribes vienen como parchadas y en pedazos como los rompecabezas para luego ser armadas, armas, una palabra aquí y las otras acá pero nunca se siente perfecto, siempre estamos buscando la manera de que sea el mejor modelo de una infinidad de posibilidades, tomamos una desición que dura seguramente un microsegundo o menos, qué frase utilizo y cómo la ordeno?, luego, cómo la digo?...o más complicado aún, cómo la escribo?
Van cayendo las letras en una cascada incontenible sobre el papel, simbolizando la idea, vistiéndola de una especie de lluvia de trazos, y el papel, de ser nada pasa a ser hermoso, pasa a contener la idea, como una copa llena, como un útero.
La palabra arma, estructura ideas con símbolos arbitrarios, al final imágenes muertas, trazos de una mano traviesa de quién sabe cuándo, no exento de parecer cursis como las iniciales de alguien se dibujan en cuadernos.
Luego viene el rompecabezas de las partes milimétricas y el sentido, las palabras, las frases, las composiciones literarias...la conciencia y su voz que no se calla.
A causa del fenómeno que me acontece de empezar por hacer una cosa para terminar haciendo otra es que los nombres de los posts los escribo al último porque si lo escribo primero luego deja de tener sentido o relación con lo que escribí, a veces los dejo y se convierten luego en una ecuación imposible incluso para mi, cómo diablos empezó todo? de repente he perdido la idea original, se fue a la mierda, se disfrazó de palabras que se vistieron de tiempo y se fueron fantasmas para ser opacadas por otras que fueron presente en el momento de trazarlas, sonaron en la cabeza ya pronunciadas y solo seguimos la orden y humildemente escribimos, a veces, cualquier pendejada.
Es un mundo extraño esto de los blogs solo transmitir esos momentos, no muy trabajados (espero), solo estar presente para dejar una idea, un cuento, cualquier foto, un video, o solo una frase que da vueltas y no se va, siempre una propuesta interesante después de todo, cuando se trata de descubrir mundos ajenos. Leerlos.
Solo he visto siempre este lugar como un espacio de nadie, un espacio por el que nadie puede inculparme de nada, letras que fluyen y que calman la sed de expresar lo que atormenta o concierne. Supongo que será de alguna manera exhibicionista y vougerista todo el asunto, en realidad es poco lo que nos interesa pues aquí seguimos, ya la verdad ni sé por cuanto tiempo. Extraño mundo el de los blogs, siempre presente, pululando junto con los pensamientos enfermos, siempre listo para contenerlos sin etiquetarlos, solo guardarlos en tomos maleables como los libros de Freud.
Siempre termino haciendo cualquier cosa menos lo que venía a hacer, siempre termino escribiendo sobre cualquier cosa menos sobre la que quería escribir y al final poco la recuerdo y poco me importa. Ese es el camino del pensamiento al símbolo.
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