Lo que tengo de Buenos Aires no cabe dentro de una caja...cuándo supe que había llegado una caja que provenía de Buenos Aires en el correo, realmente me emocioné, después recordé que le pedí a mi primo que mandara mis libros...y además me di cuenta que esperar a Buenos Aires en una caja era realmente insensato...
Los libros me dan mucho, las mil y una noches, Cortazar, Borges, Arlt y hasta Kant....tal como los guardé, tal como los dejé...en medio de ellos las hojas que escribí con la letra que tenía entonces, que no es la misma que tengo ahora, eso seguro...
Por unos segundos esperé abrir la caja y recibir avenidas por las que caminé, el jardín botánico con un par de picnics paganos, una rata que nunca existió, cuyo fantasma me obligó a dormir en la sala, el subte en la parada de San Martin, mi balcón...los cartoneros que se paraban frente a la casa, el quiosco...mi gran amor, Puerto Madero y mucha carne de res, un par de tangos y el teatro Colón en proceso de regeneración...un gran pedazo de corazón en una caja de disco que se me perdió...un colchón que me hizo las veces de sofá, un par de pijamas super sucias...el aroma de los cafés frente al cementerio de Recoleta, el cine y todas sus escaleras eléctricas, la mesa de Galerías Pacífico en la que siempre me sentaba, la librería de Santa Fé, el Centro Cultural Borges con un par de grabados de Dalí, la escuela de psicoanálisis, el colectivo que pasaba por la avenida Alvear, un mate cebado en mi cocina, CON AZUCAR....risas, buena música y también cumbia villera, un Durazno Sangrando en Quilmes...
Buenos Aires no entra en una caja...en la caja me vienen los libros...Buenos Aires me espera alla, con la mitad de mi corazón, más de la mitad probablemente...me conformo por ahora con los libros....y pronto nos volveremos a ver Buenos Aires...