Cada vez que espero algo que no termina de llegar, por cualquier motivo, me persigue la imagen siempre fresca de mi padre prometiendo ir a verme y mi propia imagen de niña esperándo hasta quedarme dormida en la puerta de mi casa, vestida y con mochila puesta mirando hacia afuera...escuchando el sonido de los vehículos ajenos cruzar la calle, el timbre de la farmacia, el sonido del teléfono que nunca era para mi.
Hoy esa imagen aún me persigue...con el más mínimo retraso y en cualquier espera...me veo indefensa aguardando lista y agotada, estúpidamente emocionada y aún con esperanzas algo que nunca termina de llegar, mi papá.
Entonces no había celulares, ahora sirven para que nadie los conteste, en fin, no hay diferencia.
Hace algún tiempo me juré no volver a esperar a nadie, porque no quiero sentir eso de nuevo, porque no quiero volver a experimentar ese vacio, ese estúpido sentimiento de urgencia...dije que NO MAS.
Hoy casi sin darme cuenta me puse a merced de una espera innecesaria...que terminó en otro fracaso sin intenciones, más flashbacks, más sentimientos de estupidez por todas las veces que esperé y creí, más recuerdos de la niña emocionada en la esquina de casa escudriñando por las rejas, de mi madre mirándome con lástima sin saber como convencerme de que vaya a recostarme, de que era muy tarde ya...el sentimiento de la fracasada que espera lo que no llega nunca ni llegará.
Cuando recuerdo a esa niña y su sonrisa cuando aún no era la hora de la supuesta cita, me dan nauseas y luego infinita tristeza...contemplarla sin querer, mirar el reloj de reojo para que nadie sepa que existían dudas, siempre trataba de convencerme de que ESTA VEZ NO IBA A SUCEDER...no esta vez, esta vez el vendría...
Sobreviene el recuerdo de la navidad que pasé esperándo a mi papá mientras este se emborrachaba en un bar de cuarta...
No vuelvo a esperar a nadie, no voy a volver a sentir el rechazo, no voy a volver a ver el flashback de mis escenas infantiles traumaticas inconclusas.