Ahora todo parece tener continuidad aunque no se relacione. Qué es lo que soy yo sino un rompecabezas, un poco de ti y un poco de todo el resto de gente. Una heredera del verbo. Una estructura que sostiene la posibilidad...
Cuando digo "tu" no sé realmente a quién me refiero, ya las palabras ni siquiera contienen imágenes, son etéreas. Ya no pesa el tiempo, ya el símbolo no ocupa espacio. Ya ni siquiera pienso en nada cuando digo "yo".
Quisiera entonces desdibujarme, desarmar el crucigrama que me forma, soltar las palabras al viento y sentir la levedad entre la v, entre la i... que nombran mis vísceras.
De repente nada es lo mismo que todo. Y se siente igual...Si pudiera darte palabras por tu cumpleaños, si pudiese darte una, dos.... si lo merecieras...
Dos palabras son un verso, son la compañía en su aspecto más sublime. Se agarran de la mano y no se juzgan, solo yacen juntas, ni tan siquiera se miran, se acompañan porque ahí fueron puestas, no cuestionan porque saben que juntas, tienen tanto sentido como personas hay que las lean. "Tú" y "yo" podríamos ser eso. Solo dos nombres.
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